Antes que nada, aclarar que cada parto es completamente diferente y que las circunstancias vitales de cada mujer son completamente diferentes. Durante el embarazo se producen una serie de cambios y adaptaciones para desarrollar la vida del bebé, además, el propio parto desencadena cambios corporales, estructurales y funcionales. Por eso, dependiendo del tipo de parto, afectará de una u otra forma.
Estas son algunas de las lesiones y adaptaciones que pueden ser desencadenadas en el momento del parto.
Lesiones que pueden ser desencadenadas en el parto
Lesiones articulares y musculares
Una de las complicaciones que puedes tener son lesiones articulares y musculares, ya sea por laxitud debido a la relaxina o por el paso del bebé por el canal del parto, también va a depender del tipo de parto, es decir, su duración, procedimiento, expulsivo, pujo, anestesia… Esto puede dar lugar a problemas como:
- Sínfisis pubiana
- Articulación sacroiliaca
- Coxis
- Rotura por desgarro o episiotomía
- Afectación muscular, ligamentos, fascias…
- Esfínter anal
Prolapso de órganos pélvicos
El prolapso de órganos pélvicos es una condición médica en la que uno o más órganos pélvicos, como la vejiga, el útero o el recto, se desplazan de su posición normal y protruyen o caen en la vagina debido a la debilidad o daño de los músculos y tejidos que sostienen los órganos en su lugar, y tiene diferentes tipos de grados.
Cesárea
La cesárea, es un procedimiento quirúrgico mediante el cual se realiza el parto de un bebé a través de una incisión en el abdomen y el útero de la madre. Se utiliza cuando el parto vaginal no es posible o seguro para la madre o el bebé. Durante la cesárea, se realiza una incisión en el abdomen y en el útero, a través de la cual se extrae al bebé y, en algunos casos, también la placenta.
Tras este tipo de parto e intervención es muy aconsejable tratar la cicatriz correctamente, mediante la fisioterapia. Hacer ejercicios progresivos para volver a conectar el suelo pélvico y el abdomen.
Lesiones nerviosas
Durante el parto, existe un riesgo de que se produzcan lesiones nerviosas en la región pélvica debido a la presión y la tensión ejercidas en los tejidos durante el proceso de parto. Estas lesiones nerviosas pueden tener un impacto significativo en la función del suelo pélvico, que es un conjunto de músculos, ligamentos, tejido conectivo y nervios que sostienen los órganos pélvicos en su lugar y ayudan a controlar las funciones urinarias y fecales, así como las sexuales.
- Incontinencia urinaria o fecal: Las lesiones nerviosas durante el parto pueden afectar los nervios que controlan la vejiga y el recto, lo que puede provocar problemas de control de la vejiga (incontinencia urinaria) o del recto (incontinencia fecal). Estas condiciones pueden manifestarse como escapes involuntarios de orina o heces, especialmente al reír, toser, estornudar o realizar actividades físicas.
- Dolor en las relaciones sexuales: Las lesiones nerviosas pueden causar dolor o molestias durante las relaciones sexuales debido a la disfunción del suelo pélvico. Esto puede ser resultado de la irritación o compresión de los nervios que controlan la sensibilidad y la función sexual en la región pélvica. El dolor durante las relaciones sexuales puede afectar la calidad de vida de la mujer y su intimidad con su pareja.
- Dificultad para realizar las necesidades: Las lesiones nerviosas también pueden provocar dificultades para vaciar completamente la vejiga o el recto, lo que puede dar lugar a problemas de micción o defecación, como la sensación de no poder vaciar completamente la vejiga o el recto, el estreñimiento crónico o la dificultad para iniciar o mantener el flujo de la orina.
Diastasis abdominal
La diástasis abdominal es una condición en la que los músculos rectos del abdomen se separan más de lo normal, dejando una brecha o espacio entre ellos. Esta separación puede ocurrir durante el embarazo debido al estiramiento y la presión continua en la pared abdominal mientras el útero crece para acomodar al bebé. Es importante destacar que la diástasis abdominal no es exclusiva del embarazo, ya que también puede ocurrir en hombres, mujeres que no han estado embarazadas y en bebés recién nacidos.
Es fundamental que la trabajemos para que vuelva a ser funcional, y evitar así lesiones del suelo pélvico y dolor lumbar entre otros.
Hay que saber respetar los tiempos del cuerpo, y realizar un trabajo activo mediante la fisioterapia y el ejercicio físico, que en muchas ocasiones está desvalorizado. Si necesitas ayuda para tu postparto, siempre puedes contactar conmigo.
